El secreto de mi tía abuela, de Yarezi Salazar - Por Paulino Ordóñez



Este cuento que Yarezi ha escrito con evidente cariño, como si la historia fuera una niña a la que se acaricia y se peina según se van acomodando las palabras, pone en escena a un elemento familiar que es muy común que no tengamos muy presente.

¿Quién piensa en las tías abuelas?

¿Alguien sabe dónde está y qué está haciendo ahora mismo su tía abuela o su tío abuelo?

Porque de abuelitas están llenos los cuentos, desde Caperucita Roja hasta el que los estudiantes se inventan como excusa por alguna falla en sus deberes, siempre con el personaje de la abuela en una situación muy desfavorable.

Los tíos y las tías abuelas no sólo tienen un papel incidental en los libros, el cine y las caricaturas, sino también en la realidad.

En las reuniones familiares, ya cuando la comida ha terminado, no falta quien pregunte: ¿nadie llamó a la Tía Estelita? Todos se voltean a ver queriendo culpar a alguien y claro, acordarse de los tíos abuelos corresponde a los demás y nunca a nosotros.

Los tíos abuelos no reciben llamadas, no reciben visitas y no reciben regalos de navidad, aunque a veces ellos sí nos los dan.

¿Los tíos abuelos viven en completo olvido?

EJEMPLO:

¿Tú crees que la viejita del cuento estaba enamorada?

No.

¿Por qué?

Porque estaba solita...

No teniendo suficiente con quedar fuera del panorama familiar más cercano, hay quienes (o habemos quienes) como Yarezi, que además, sugieren que pudieran tener una conexión con el más allá.

¿Todas las tías abuelas son brujas?

¿Es la tía abuela de la que escribe Yarezi... una bruja?

La lectura de El secreto de mi tía abuela, de Yarezi Salazar me ha hecho trepar por mi árbol genealógico y toparme con caras que no reconozco. Ahora, me queda claro que, como el personaje principal de esta historia, estos miembros de mi familia también son extraños para mí. ¿Qué va a pasar si algún día uno de ellos llega a mi casa para vivir algunos días? ¿Cómo le voy a decir, si no sé cómo se llama? ¿De qué voy a charlar con él o ella? ¿Qué le gustará desayunar?

Yarezi sugiere también que en estas personas que sabemos quiénes son pero que en verdad no conocemos, hay un mundo por descubrir. ¿Y a qué niño no le gusta eso?

A todos los niños que están presentes y, por qué no, a algunos adultos también, les encargaremos algunas tareas importantes:

Primero, compra el libro de Yarezi, que además de entretenido, tiene las muy padres ilustraciones de Fernando Cavazos y como objeto está muy bonito, gracias a esa gran labor que lleva a cabo La Regia Cartonera, convirtiendo cajas de cartón en literatura.

Después, léelo. A solas, primero... a ver si te da un poquito de miedo. Luego, con tus papás, a ver si les da miedo a ellos. Luego, ve con tu tía abuela o tu tío abuelo y léelo con ella o él.

Pregúntale qué opina. Revisa si tu tía abuela se parece a la que está ilustrada en el libro de Yarezi. Pero sobretodo, haz que te jure que no es bruja y que te demuestre que no esconde fantasmas en su cuarto.

Dile que no te has olvidado de ella o él. Invéntale que no funcionaba tu teléfono o que por algunos meses estuviste atrapado en una misión en la selva. Seguro, te va a creer y entenderá por qué no habías ido de visita.

Pídele que te cuente toda su vida. Si no se acuerda de algo, imagínate esa parte o imagínenla juntos. Después, escribe eso mismo que inventaste o inventaron. Al final, ¡habrás escrito un cuento!

Mándaselo a Yarezi y dile que tu tía abuela o tío abuelo no tiene pactos con el diablo, ni hace sopa de tarántula.

Dile que como ella, quieres ser escritor o escritora, y que juntos, Yarezi y tú, pueden comenzar un club, que podría llamarse El Club de Fans de los que Sí Nos Acordamos de los Tíos Abuelos, A.C. o Sobrinos Buena Onda del Mundo Unidos.

Muchas gracias.